domingo, 5 de abril de 2015

Cosas que no entiendo: Celos.

Que toda persona de tu mismo sexo sea enemigo.
Que "esa zorra" te agregue a Facebook o las bromas con "tu amiguito" sean motivo de disputa.
Que a saber qué va a hacer cuando sale de fiesta sin ti.
Y un sin fin de estupideces más.

Soy consciente de que no pienso igual que la inmensa mayoría de la sociedad. Soy consciente de que mi forma de ver el mundo puede resultar peculiar y/o inusual. Pero, en serio, ¿qué carajo os pasa?

Celosos y celosas del universo, que os escudáis en que los celos son una muestra de amor, en que vuestra pareja es vuestra y de nadie más, en que amar significa estar pegados como lapas las 24 horas del día, los 365 días del año y, en caso de no estar juntos, echaros de menos en cada momento.¿Qué os pasa? ¿A qué viene esa necesidad?
¿Os cuento un secreto? Sois unos inseguros. O eso creo. En mi cerebro los celos sólo tienen cabida en un escenario en el que el celoso tiene una autoestima baja, el celoso no confía en su pareja o el celoso es una persona infiel, por lo que piensa que la otra persona va a engañarle con otra porque, realmente, eso es lo que haría él o ella si se descuidan.
Siento descubriros esa terrible verdad.

Sé que si algún celoso llega a mi blog pensará que soy gilipollas, que no tengo razón y que no es que no se fíe de la persona que tiene al lado, sino que no se fía del resto. ¡Já! Cuántas veces habré escuchado esa excusa en boca de una posible futura pareja (frase que le condena a buscar a una más tonta).

Se supone que cuando estás con una persona tiene que existir confianza mutua y que ambos podéis disponer del espacio que necesitéis para vosotros mismos sin tener que darle explicaciones al otro. O eso pienso yo. Tu pareja no puede convertirse en tus padres cuando tenías 14 años y te controlaban dónde estabas, con quién estabas y cómo ibas vestido. Tu pareja es un acompañante en tu vida, no un mandamás que dicta quién es válido y quién no para ser tu amigo.

En serio, los celos nunca son buenos. Jamás. Los celos llevan a ser controladores y os aseguro que una persona controladora es lo último que querréis en vuestras vidas. Huid de las personas que os vigilan vuestras conversaciones de Whatsapp, vuestra última conexión, a quién agregáis en Facebook o con quién interactuáis por Twitter. No es sano.

Una relación ha de basarse en la confianza y el respeto mutuo, en la libertad de poder expresaros sin miedo, en no tener que ocultarle al otro nada por miedo a un enfado, en poder disponer de vuestro espacio sin agobios. Eso es una relación. Se trata de caminar y crecer juntos, sin cortar las alas a la otra persona, de apoyaros, de ayudaros, de hacerle ver que estáis ahí en lo bueno y en lo malo. De ser felices juntos y por separado. De ser dos individuos diferenciados que se complementan porque quieren, sin obligarse.

Ojalá algún día el universo entienda que la felicidad la deben hallar primero en ellos mismos y, si no sabéis por qué, otro día os lo cuento. Sed felices.

1 comentario:

  1. Me encanta la parte de:
    Sois unos inseguros, o eso creo. :P
    Creo que llevas toda la razón en esta entrada.
    De un celoso, que no controlador.
    Traumer15

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