viernes, 14 de febrero de 2014

Raza VS Mestizo

Cuando decides que tu vida la quieres compartir con un animalito.
Cuando decides que ese animalito será un perro.
Cuando te metes en el mundo animal y buscas, buscas, y buscas.
Cuando te das cuenta de que a la gente se le ha ido la cabeza.

Como muchos sabréis, llevo metida en el mundo de las adopciones desde los 16 años. Con 18 me metí de voluntaria en una protectora. Con 19 me fui. Entre medio y en adelante, he acogido a 6 perros, he participado en varios rescates, he adoptado a otro, y he acogido a un gato. Cada cual el tiempo que me ha sido posible.

Cuando te metes en este mundo, crees que todo va a ser maravilloso. Que todos están ahí por los animales y que las diferencias personales se dejan a un lado, pero no.

Hoy, como tema central, como base a mi entrada, y como crítica eterna, Raza VS Mestizo. Es uno de los grandes problemas del mundo “animalista”.

Has decidido que quieres un perro en tu vida. Te planteas comprar uno, lo normal, pero luego recuerdas aquellas fotos que viste en el Facebook de un perrito sin hogar, tantas y tantas protectoras pidiendo donativos, perros en perreras en malísimas condiciones. Decides adoptar.

Decides adoptar y se abre ante ti un mundo nuevo en el que, a veces, piensas que no deberías haber entrado.
Comienzas tu búsqueda. Una infinidad de perros de todos los tamaños, edad y colores. Unos se envían, otros no. Unos son de protectoras, otros de particulares. Unos están sanos, otros tienen alguna enfermedad. Unos son de raza, otros mestizos.

¿Mestizo o de raza? ¿Pequeño, mediano o grande? ¿Cachorro, adulto o viejo? ¿Blanco, marrón, negro, atigrado...?

Cuantísima variedad, y a todos les hace falta una casa.

Buceando encuentras un Beagle. ¡¡UN BEAGLE!! Pero qué bonito que es. Mira qué orejas. Mira que cara de bonachón. Míralo que guapo. Voy a preg-... Un segundo. Cientos de interacciones de personas dispuestas a adoptarle. Y muchos “animalistas” con su cantar: “claro, como es de raza...”, “como abundan la gente que quiere adoptar un animal, ¡¡se vaciarán las protectoras!!”, “buscan ahorrarse el dinero que les cuesta en las tiendas y sólo quieren uno de esta raza”.

Ups. Ahora me siento mal por haberme fijado en uno de raza. Voy a seguir mirando...

¡¡Qué precioso cachorrito blanco!! ¿Cuánto crecerá? ¿Sabéis el cruce de raza?
Y vuelven: “los cachorros siempre salen rápido...”, “claro, pero por el negro no pregunta nadie”.
Y, cuando no se sabe el cruce ni el futuro tamaño, y la gente pide uno pequeño “qué más da el tamaño del perro, eso no importa”.

Bueno... a mí si me importa. Mi casa es pequeña, no puedo meter un mastín.

Estas cosas, que son sólo un ejemplo, frenan muchas adopciones y a muchos posibles adoptantes que, ante la falta de educación de terceros, optan por irse a una tienda o, en el mejor de los casos, a un criadero responsable, y comprarse el animalito. Y pasar de soportar a los soplapollas que no hacen más que criticar.
Cada vez me da más asco pertenecer a ése sector que se preocupa por los animales abandonados, y cada vez hago menos, porque la gente frena mis ganas.

Porque querer un perro de raza no es un crimen. El crimen es abandonarlos.
Porque no hay que castigar al que pregunta, si no al que devuelve porque creció más de lo esperado.
Porque todos se merecen un hogar, y nosotros nos merecemos poder escoger.
Porque el libro de los gustos está en blanco, y no tienes que juzgar los del resto.
Porque, ante todo, no importa nada, si lo que estás salvando es una vida.

Porque a mí nunca me han aplaudido ni felicitado por salvar ni a uno de raza ni a un mestizo. Porque todos merecen ser salvados, sin distinciones.
Porque me repugna la gente de corazón negro que sólo está para criticar cuando alguien está haciendo algo bueno. Quitaos de la cabeza la nomenclatura de raza o mestizo. Son perros, y mientras sean adopciones responsables, lo que ponga en la cartilla está de menos.
Porque a los de raza también se les abandona, se les maltrata, se les usa y abusan de ellos. Y no se merecen menos.

Alegre, alegre, alegre.

La vida es solo un sueño.

4 comentarios:

  1. Genial. Siempre me ha parecido una chorrada todo eso.

    Mi novia y yo hemos tenido un cachorro de raza (Coke, un perro de agua que murió con poco más de 3 meses) y ahora tenemos a Ringo, un perro de 5 meses que más que un cruce es una rotonda. En estos escasos 8 meses, he oído de todo: que los perros de raza son mejores, que los perros de raza tienen más problemas de salud, que los cruces son más nerviosos, que los mestizos son más nobles. Chorradas y gilipolleces. Las diferencias que encuentro entre ambos se deben sobre todo a la educación de cada uno: Coke llegó en verano (estábamos los dos solos en casa con él y con todo el tiempo del mundo para dedicarle) y Ringo llegó a finales de octubre (estaban ya en casa nuestros 2 compañeros de piso y nosotros teníamos mucho menos tiempo).

    Cada cual tiene sus condiciones, sus gustos, su vida, sus necesidades y sus limitaciones; y si quiere salvar una vida, tiene derecho a elegir en base a todos esos factores. Por desgracia, perros en esa situación hay para todos los gustos, así que sería una soberana gilipollez poner trabas a quien no pueda hacer una elección al azar. Nosotros en ambos casos queríamos perros pequeños, y en ambos casos salieron más grandes de lo esperado, po qué vamos a hacer. Sólo nos arrepentimos de haberle permitido a Ringo dormir en la cama con nosotros desde el principio, porque los 3 como que no cabemos, pero bueno, en invierno nos apretamos más que se agradece, y en verano se irá al suelo él solito (ya se baja del sofá cuando tiene calor).

    Por otro lado, y ya terminando lo que en este formato me parece una parrafada, siento que te sientas así. Quienes os dedicáis a esto hacéis una labor estupenda y muy necesaria, no dejéis que cuatro gilipollas os ensombrezcan.

    ResponderEliminar
  2. Como dice Jose, es una pena que se os quiten las ganas de ayudar, con la falta que hace, a falta de gilipolleces.

    Parece que sólo te gustan los animales si coges a un gran cruce de danés con mastín tuerto, con dos patas y una cardiopatía... Que el animalito lo agradecerá mucho, pero igual te supone demasiados inconvenientes...

    Pelusa es persa, y en una tienda la habrían vendido por una pasta, pero se vino con nosotros gratis y nos hace muy felices ^^

    ResponderEliminar
  3. Pues si, la verdad. No entiendo a la gente que se obsesiona con una raza. Es cierto que si es una ventaja conocer que tipo de carácter tiene un animal no va a tener la misma necesidad un dueño que va a estar las 24 horas en casa a uno que trabaje 8 fuera.
    Pero precisamente esa ventaja se supera adoptando un adulto, así lo de la raza y color, no debería importar tanto.
    Pero la gente es incosciente y si encima le quitas las ganas...Entiendo la desmotivación la verdad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Adoptar a un adulto también tiene sus inconvenientes a veces (maltratos anteriores, escapismo, malas conductas...). La verdad es que lo importante es escoger al animal que quieras sin favorecer los maxicriaderos, pero muchas veces las personas "animalistas" no se ponen en la piel de quien quiere adoptar, y creo que no es nada malo que sean personas exigentes, ya que responderán bien con el animal que se lleven, ya que se llevan lo que buscan y saben a lo que se enfrentan.

      P.D.: No sé quien eres, pero por si no nos conocemos, no me malinterpretes con lo de los adultos, que yo adopté uno que me ha dado mínimos problemas, casi inexistentes.

      Eliminar