jueves, 6 de marzo de 2014

Vivir en Comunidad: El Bricomaniaco.

A petición de la preciosa Buhonera, voy a escribir mi entrada de hoy. He pensado que puede dar lugar a algún que otro capítulo, pero ya sabéis cómo soy con las "sagas". Por lo pronto, os dejo el primero:

La gran mayoría de quienes me leéis, vivís en un piso. Vivir en un piso implica ciertas cosas y, entre ellas, la más molesta de todos -casi siempre- son los vecinos.

Vecinos...

Vecinos hay de muchas clases. Están aquellos que sabes que existen pero que nunca ves. Están los ruidosos, los que siempre tienen visita, los que se quedan hablando en el rellano, los que dejan la basura colgada de la puerta, los sexualmente escandalosos y, como en el caso del que os escribo hoy, los bricomaniacos.

Los vecinos bricomaniacos no abundan demasiado en las comunidades hoy en día. La gente no tiene tiempo libre y, el poco que tienen, lo invierten en ver la televisión o en mirar chorradas por Internet -triste, pero cierto-. Pero, pero, ¡¡pero!! ¡¡Cómo no!! ¿A quién le iba a tocar un vecino bricomaniaco si no es a mí? Porque, en la comunidad en la que vivo, creo que se dejaron a algunos pacientes del psiquiátrico, olvidados. Y aquí estoy, día tras día, desde hace 5 meses y 13 días, aguantando como puedo las diferentes pruebas que supone convivir con mis vecinos de bloque.

Así que, a lo que iba. Mi vecino bricomaniaco. Algunos os lo estaréis imaginando ya: un hombre de unos 35 años, manitas, fortachón, con barbita -pensar esto es inevitable- y que, más o menos, taladra siempre a la misma hora y respetando el sueño y descanso de los vecinos.
Pues no. En absoluto. Este hombre rondará los 70-80 años -soy malísima para acertar con la edad de la gente-, es un abuelito enclenque, canoso, estrecho, es... es como te imaginarías al Capitán América de viejito cuando era un tirillas. Algo así.

Pues este señor es el bricomaniaco de mi edificio. Además, por supuesto, tengo la suerte -aaajajajaja... matadme- de vivir justo debajo suya. Y, para que la cosa mejore, los suelos y techos de este edificio parecen estar hechos con papel de fumar -o eso o mi vecino de al lado murió hace unos meses, porque no se le escucha y tenemos el salón pared con pared-.

El señor bricomaniaco no es aficionado a la carpintería. Es adicto. Aunque, si soy sincera, creo que no es carpintería lo que hace, mi idea es que está haciendo un colador inmenso, gigante, enormérrimo. Si no, no lo entiendo. Este hombre, ahí donde se le ve como un ancianito indefenso, está armado. Armado con su taladro.
Su vida es taladrar. No sé qué taladra. No sé por qué. No sé quién limpia toda la suciedad que tiene que tener en esa casa de tanto taladrar. Pero él taladra. Taladra los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes, los sábados y los domingos. Su rango horario para taladrar va desde las 7 de la mañana hasta las 23:30 de la noche, depende de cómo le dé el día.
Taladra en el dormitorio grande, taladra en el salón, taladra en el pasillo, taladra en otro dormitorio... Él taladra.
A veces no taladra. Hay veces, muy pocas, en las que suena un golpe seco en el suelo. Y nada más hasta el día siguiente. No sé si es que tira el taladro al suelo cuando se cansa o si, con el éxtasis que le tiene que producir su labor, se termina desmayando y ese sonido es su cabeza de viejo loco chocando contra el suelo. No lo sé.
En ocasiones también martillea, o se dedica a hacer ruidos en el suelo como si diera con un martillo de goma en él. Pero esas cosas no le producen tanto placer como el taladro.

Una de las cosas que más me intrigan de este hombre es qué está haciendo ahí arriba. Realmente siento una tremenda curiosidad por saberlo. He pensado en subir a preguntarle, pero me da miedo que me taladre a mí también.
Además, como dato, las pocas veces que le veo salir y entrar del edificio, es para ir a hacer la compra. Que pensaréis, hombre, normal, el hombre tendrá que comer. Pero, ¡no! Nunca le veo con bolsas de comida. ¿Sabéis que trae cuando viene de comprar? ¡¡TALADROS!! Jajajajajaja... no, hombre no. Trae agua. Siempre. Agua. Garrafas de estas de 5 litros de agua de la marca más barata -que es la que compro yo, 56 céntimos la garrafa, me parece-. Y ahí va él, cargado con sus dos o tres garrafas de agua, como un loco. ¡¡Venga agua pa'rriba!!

Pero, ¿qué come? ¿Qué taladra? ¿Por qué taladra? ¿Qué son esos golpes?
Esas son incógnitas que creo que nunca sabré. Se aceptan propuestas en los comentarios. Gracias.

P.D.: Por supuestísimo está taladrando mientras escribo esto, no os vayáis a creer que descansa el hombre...

Alegre, alegre, alegre.
La vida es solo un sueño.

1 comentario:

  1. Me he DESCOJONADO con la entrada, sobre todo en la parte de los golpes misteriosos.

    Lanzo teorías:

    1.- Está haciendo un gigantesco unir los puntos tridimensional. En cada pared hay una figura, y cuando termina los agujeros pasa cables de uno a otro para hacer la figurita.
    Sus paredes son de yeso sin cubrir, y el agua es para echarla encima de las paredes, que el yeso se deshaga y borrar los puntos... ¡y vuelta a empezar!

    2.-Es un mirón y los vecinos de sus dos lados son seres sexualmente atractivos para él (iba a decir tías buenas, pero igual el hombre es gay o le van las de su edad). Entonces hace agujeros para ver a sus deseados en pelotas. Ellos tapan los agujeros desde su lado, así que tiene que seguir haciéndolos hasta lograr un lugar que no le tapen. Probablemente taladre también suelo y techo, así que echa un ojo y cuidado.
    El agua es para rehidratarse después de las sesiones de autoamor.

    3.-Está buscando a los Diminutos. Sabe que existen, qu están en algún lugar en sus paredes, pero no los encuentra. Y no cejará en su empeño. A lo mejor porque algún diminuto se hizo amigo suyo de niño, o simplemente por interés científico.
    El agua puede ser para tentarlos, para hacerlos salir por presión o, en caso de que odie a los diminutos, para echarlo por los agujeros y ahogarlos a todos.

    4.-(Corolario del 3) Busca termitas, ratones, cucarchas o cuaquier tipo de bicho. El agua tendría el mismo uso que en el caso 3.

    5.-Quiere ganar el record Guiness de colgado de cuadros en una misma casa y no conoce los cuelgafáciles.
    El agua es para enfriar la broca que se sobrecalienta hasta la incandescencia tras tanto trabajo taladrador.


    6.-Está construyendo una gigantesca tela de araña. Hay agujeros en todas sus paredes, techo y suelo, y tiende cables de unos a otros hasta lograr que la tela le sostenga. Los golpes son porque, tras cada sesión, se tira a ver si le sostiene... Y por ahora no le sale.

    De momento son todas las que se me ocurren, si surgen más, te las escribo xD

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